miércoles, 15 de diciembre de 2010

¿Los demonios pueden POSEER un cristiano?

¿Los demonios pueden HABITAR un cristiano lleno de Espíritu Santo?
La respuesta es: SI.

Esta afirmativa ha sido motivo de polémicas y discusiones desde que la misma iglesia existe, desde los tiempos de Jesús hasta la actualidad. La diversidad de enseñanzas de doctrinas mezcladas a las verdades bíblicas ha hecho que se pierda el sentido puro y verdadero de lo que enseña y habla Dios en la Biblia.

¿Los demonios pueden POSEER un cristiano?
La respuesta es: NO.

Un demonio no puede ser poseído porque “posesión” significa “ser dueño de”, y Jesucristo es el dueño (Señor) de todo cristiano, no el diablo. 1º Corintios 6:18 dice “… porque habéis sido comprados por precio…”

En el Nuevo Testamento, la palabra utilizada no era “posesión” sino “estar bajo la influencia de un demonio” o “tener un demonio afligiéndole”. Los demonios están en el cuerpo del cristiano tal como cualquier enfermedad, también pueden estar en su alma, pero no en su espíritu.

Muchas veces algunos ministros tratan de “discipular el demonio” en un cristiano que no quiere ser discipulado. Debemos crucificar la carne y echar fuera los demonios. Muchas veces tratan de echar fuera la carne y crucificar los demonios. Este tipo de confusión y falta de discernimiento en los que ministran sólo causa frustración y heridas en las personas que buscan ayuda.


___ DIOS, LA BIBLIA Y LOS DEMONIOS

Cuando hablamos que los demonios y Dios cohabitan en el cuerpo de una persona, muchos cristianos lo reciben con asombro e incredulidad, rebatiendo tal afirmación, negándose a recibir esta verdad.

No existe en toda la escritura un versículo exacto o específico que afirme esta verdad.

Esta afirmativa se recibe por el conocimiento del contexto bíblico, que nos lleva a una interpretación y conclusión sobre lo que Dios testifica y enseña.

Los Evangelios muestran la obra y el testimonio de Jesús. En ellos aprendemos muchas verdades de cómo es la actividad satánica en los incrédulos y creyentes.

Asimismo aprendemos del testimonio de la iglesia primitiva en el libro de los Hechos, y en las cartas de los Apóstoles que forman el Nuevo Testamento.

Cuando nos enfrentamos a los demonios en nuestras iglesias, debemos actuar conforme el ejemplo bíblico de Jesús, los discípulos y los apóstoles.

La Biblia es un libro espiritual y debe estudiarse en contexto y con la guía del Espíritu Santo, se ha de discernir espiritualmente.


___ LA CONDICIÓN TRIPARTITA DEL HOMBRE

Dios hizo el hombre a su imagen y semejanza. Tanto Dios como el hombre son seres "tripartitos" que quiere decir "formado por tres partes". En el caso de Dios se entiende que está formado por la Divina Trinidad (1 Juan 5:7) que son Dios PADRE, Dios HIJO, Dios ESPÍRITU (Santo). El hombre también está formado por una trinidad que son ESPIRITU, ALMA, CUERPO (1 Tesalonicenses 5:23). Asimismo Jesucristo tiene un ministerio tripartito para suplir la necesidad tripartita del hombre: SALVACIÓN, LIBERACIÓN, SANACIÓN. Todos están en perfecta armonía y relacionados entre sí.


___ LOS DEMONIOS Y LA TRINIDAD

Sabemos por experiencia y por relatos bíblicos que:
1º la persona debe creer en Jesús
2º recibe liberación de demonios

Eso quiere decir que cuando el Espíritu Santo entra a una persona, los demonios aun están ahí, y eso no debería ser asombroso para nadie, pues todos tienen demonios antes
de conocer y recibir a Jesús como Señor y Salvador.

Desde ese momento el Espíritu Santo comienza a hacer una obra de limpieza y purificación en la persona, desde adentro hacia fuera. Primero su ESPÍRITU, luego su ALMA, luego su CUERPO.

Donde está el Espíritu Santo? en la parte mas íntima del hombre, en su espíritu.

Donde están los demonios? en su alma y en su cuerpo.

Cuando la persona recibe SALVACIÓN, el Espíritu de Dios entra en contacto con el espíritu del hombre y lo libera quitando de ahí toda atadura y presencia de tinieblas. Automáticamente se sueltan y salen los demonios que aprisionaban ese espíritu de hombre. La libertad de Dios se hace en el nivel espiritual del hombre y desde ahí comienza a surgir un entendimiento de las cosas espirituales y un deseo de crecer espiritualmente.

Se regenera la vida espiritual, se despierta, el Espíritu Santo se instala dentro del hombre y hace morada en él. Es cuando renacemos, es el momento de recibir la vida nueva, recibimos la luz de Dios. Ya no hay posesión demoníaca, ahora hay llenura de Espíritu Santo.

Esto es solamente el primer paso, la entrada por la puerta estrecha de la Salvación... Ahora debe buscar la libertad de su Alma y de su Cuerpo. Hay que empezar a echar fuera todo lo que no sirve, lo que estorba el crecimiento espiritual como cristianos. Es decir los demonios y toda la basura que ellos hicieron y dejaron en la persona.


___ JESÚS PURIFICA EL TEMPLO (San Juan 2:13-22)

Considero que todos los que leen este estudio son cristianos, y conocen el relato bíblico de cuando Jesús llega a Jerusalén y entra al templo. Tuvo que ser severo de actitud, hacerse un látigo y echar fuera los mercaderes. Los mercaderes estaban en los atrios de afuera del templo, la presencia de Dios estaba en el Lugar Santísimo.

Los pastores y maestros entendidos siempre usan este relato para la enseñanza sobre la condición tripartita del hombre (espíritu, alma, cuerpo) y la obra del ministerio de Liberación de Jesucristo.

Al hombre se le compara con el templo de Dios. "Somos templo del Espíritu Santo" dice San Pablo, esto es contexto bíblico. (2 Corintios 6:16)

1- CUERPO: la parte mas exterior del templo que son los atrios de afuera, donde estaban instalados los mercaderes.

2- ALMA: la parte central del templo, es donde se reúne el pueblo simbolizando el lugar donde sucede todo lo que nos afecta desde dentro (espiritual) y desde fuera (carnal). El alma es el lugar donde se reúne todo lo que somos: nuestro carácter, personalidad, decisiones, sentimientos, emociones, pensamientos, deseos... todo eso es representado por la diversidad y actividad del pueblo en el templo.

3- ESPÍRITU: La presencia de Dios está en el Lugar Santísimo, la parte más de dentro donde sólo los sacerdotes podían entrar, pues era el lugar de la habitación de Dios.

Todos estaban ahí en el templo, todo el tiempo, pero no en el mismo lugar. Lo mismo sucede con nuestro espíritu, los demonios y el Espíritu Santo: están todos en el hombre pero no en el mismo lugar.

Jesús (Espíritu Santo en el espíritu del hombre) es quien echa fuera los demonios que contaminan y ensucian el alma y cuerpo del hombre, que son el templo de Dios.

Esto es un relato de enseñanza absolutamente espiritual, pero quien lo lee sin el discernimiento del Espíritu Santo, solamente verá la parte física de la historia, no entienden y no recuerdan que la Biblia habla con metáforas y Jesús habla por parábolas.

La Biblia dice que Dios ama al pecador pero aborrece el pecado, que él nos dio vida cuando aún éramos enemigos suyos (Romanos 5:8-10): así que primero están los demonios, después llega Dios, luego salen los demonios.


___ LOS DEMONIOS Y LOS CRISTIANOS

Una vez que recibimos estas verdades tan básicas y al mismo tiempo tan escondidas, pero que están ahí para el que pueda ver, comenzamos a darnos cuenta y entender por qué hay muchos cristianos que están sirviendo y ministrando al Señor y necesitan liberación o santificación. Muchos tienen pecados, muchos actúan de manera carnal, muchos viven en tristeza y desánimo, muchos se divorcian… otros tantos fuman, fornican, roban, mienten, golpean sus mujeres, se deleitan en programas de escándalos y pornografía, fácilmente entonan canciones de la radio con música del mundo envés de cantar alabanzas, practican idolatría con personajes famosos, miran programas de tv llenos de violencia y sexo, están llenos de enfermedades muchas son crónicas, se consumen en la venganza, albergan odios y amarguras por años, etc...

Muchos cristianos comienzan su caminar de servicio y ministerio sin hacer una debida limpieza en su vida y ordenar su situación espiritual.

La liberación es necesaria en todos los casos, en distintos grados pero siempre es una realidad. La santificación también es algo que todo cristiano tendrá que experimentar y que cambiará su vida en todas las áreas. A veces los culpables son los ministros que no saben o no entienden lo que deben hacer, otros están sujetos a falsas doctrinas, otras veces el propio cristiano disimula su condición por temor o vergüenza y se transforma en un hipócrita, un falso diciendo y haciendo que sirve a Dios de todo su corazón pero está engañando a todos, en eso no hay bendición, sólo condenación.

Pero Dios no quiere la muerte del que muere. Por mucho pecado que cometa una persona, Dios siempre está dispuesto a la reconciliación y la restauración. Depende del hombre volverse a Dios o no.


___ EL ESPÍRITU INMUNDO QUE VUELVE (San Lucas 11:24-26)

Cuando una persona se limpia de los demonios y de las consecuencias del pecado, y no se llena de Dios y de su Palabra correctamente, estará corriendo el riesgo de debilitarse espiritualmente y será una presa fácil a los demonios otra vez. Ellos volverán a ocupar el hombre contaminando su vida con más intensidad hasta lograr que el Espíritu de Dios se aleje y se vaya del todo (cuando contristamos el Espíritu Santo, porque le damos lugar al pecado deliberadamente).

Todo pecado es perdonado por Dios, dice Jesús, pero la blasfemia contra el Espíritu Santo no le será perdonada (San Mateo 12:31). Cuando una persona que conoció a Dios pierde el respeto a Dios, la iglesia, la santidad, la Biblia, los hermanos, todo lo que tiene que ver con Dios... al punto de burlarse, es porque su alma ya se alejó de Dios, perdió totalmente su temor de Dios, todo lo que queda es la aceptación al pecado, su espíritu vuelve a estar encarcelado por los demonios y las tinieblas, desechó a Dios al punto que su presencia se retiró de él. Esta persona ha desechado la gracia y la salvación, prefirió las tinieblas a la luz, ya no hay más restauración para él porque también Dios lo ha desechado (San Juan 3:19).


___ SEAN SANTOS PORQUE YO SOY SANTO (1 Pedro 1:13-16)

Para que un cristiano alcance una vida llena de Espíritu Santo y vacía de demonios, deberá colaborar con el Espíritu Santo en hacer ese mismo trabajo que hizo Jesús en el templo: enojarse contra el pecado y los demonios, resistirlos y echar fuera todo lo que no sirve!!!!

Debemos arrepentirnos delante de Dios de todas las cosas equivocadas que consentíamos, renunciar a todo lo que es pecado y del pecado, limpiarnos. Este proceso se llama SANTIFICACIÓN que es la purificación de nuestras vidas.
Dios dice "sean santos porque yo soy santo". En este versículo la palabra SANTOS no es "apartados, separados para Dios" sino específicamente "limpios, puros, sin pecado" tal como es Dios. El proceso de Liberación y Santificación puede llevar poco o mucho tiempo, pero nunca es instantáneo. Aún el mejor de los milagros, necesita tener un seguimiento para que la persona no recaiga, no se debilite, no sea engañada y vuelva atrás.


___ LA NUEVA VIDA EN CRISTO (Efesios 4:17-32)

Como ya hablamos, ambas naturalezas espirituales (Espíritu Santo y demonios) no pueden ocupar un mismo espacio, entonces sacamos las tinieblas y el Espíritu Santo lo va llenando todo: espíritu, alma, cuerpo. A medida que vamos echando fuera los demonios nos vamos limpiando del pecado, y más nos vamos llenando de Espíritu Santo.

Necesitamos CONVICCIÓN DE PECADO (San Juan 16:5-8) para poder reconocer dónde está el pecado y DISCERNIMIENTO DE ESPIRITUS (1 Corintios 12:10) para saber cual demonio lo está causando. Entonces estaremos en condición de aborrecerlo, enfrentarlo y sacarlo.


___ LA SANA DOCTRINA (Tito 2:11-14)

Después que el cristiano logra ser libre de todos esos demonios que lo contaminaban, debe seguir en el proceso de limpiar la basura espiritual que ellos dejaron. Es cuando comenzamos a conocer mas profundamente la Biblia, la estudiamos y practicamos sus mandamientos, comenzamos a dar los frutos del Espíritu Santo y vamos dejando atrás los vicios y malos hábitos que el pecado había causado.

Comenzamos a caminar en la vida nueva y abundante que Dios nos da. Este es el camino es el que nos lleva al cielo, a la eternidad. Porque "sin santidad, nadie verá a Dios". (Hebreos 12:14)

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